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La distorsión dimensional
Para que el pie equino pueda funcionar correctamente necesita tener la capacidad de deformarse durante las diferentes fases de movimiento de la extremidad. Hasta el momento se pensaba que esta deformación ocurría solamente en el plano frontal (la ranilla se comprimía y los talones se expandían), pero se ha demostrado que este movimiento deformativo es mínimo y que el realmente importante es aquel que sucede en el plano sagital (los talones cambian su posición proximo-distal en relación uno con el otro).
Teniendo esto en cuenta, podemos entender que cualquier tipo de soporte que limite o elimine esta distorsión estará anulando el total o parcialmente el funcionamiento del pie equino y la energía excedente deberá ser absorbida por las estructuras internas lesionándolas.
La herradura, por sus características, elimina completamente esta capacidad de distorsión provocando atrofias y lesiones progresivas que terminan reduciendo el rendimiento del animal, provocando dolor, cojeras...
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